En las cárceles de Bogotá, el ingreso de preservativos para las visitas
conyugales se dificulta a la entrada de los pabellones, pues la máquina
detectora de metales se activa cuando los preservativos pasan por ella. La
Alianza VIH Bogotá trabajó una nueva estrategia para que los mismos lleguen a
los reclusos.
El último domingo de cada mes en
la cárcel La Picota se realiza la visita familiar donde las mujeres que con
frecuencia vienen los domingos a la visita conyugal, pueden traer niños y
niñas, sean sus hijos o no, para que los hombres privados de la libertad en la
Cárcel la Picota puedan verles.
Cárcel La Picota - Bogotá |
Estas jornadas son agotadoras
para las mujeres que desean visitar a sus compañeros sentimentales o a sus
familiares, puesto que pasar por todo el protocolo de seguridad implica gastar
horas y horas, dado que deben estar presentes la noche anterior, o la madrugada
del mismo día para conseguir uno de los primeros turnos;
luego deben esperar que la guardia del Instituto Penitenciario Carcelario INPEC
las organice, les revise sus bolsas, elija qué productos de los que llevaron
ingresan, y cuáles son arrojados a la basura. Acto seguido se realiza la
requisa de su cuerpo y finalmente, luego de largas colas, ingresan al
respectivo patio de visita.
En medio de la exhaustiva espera
se presentan riñas a causa del estrés. El cansancio agobia a estas mujeres a
quienes antes de su ingreso la Alianza VIH Bogotá entrega dos tiras (seis
preservativos). Muchas son expresivas y agradecen eufóricas, pues indican que
conseguirlos dentro de los patios es muy complicado, y los precios son altos.
Otras mujeres los toman con timidez y sólo sonríen. Hay pocas mujeres que se
niegan a aceptarlo, pues dicen que sólo tienen a sus maridos, o que ya están muy
viejas para seguir con sus vidas sexuales; es allí cuando las otras mujeres de
la fila les hacen caer en cuenta que así
no sean para ellas deben recibirlos, pues pueden dárselo a algún familiar, a
sus hijos, o a la persona que van a visitar en la cárcel.
Uno de los inconvenientes que ha
presentado el ingreso de los preservativos a los pabellones de la Cárcel La
Picota, es que al pasarlos por la máquina detectora de metales las tiras de
preservativos hacen que la misma se active. Por el afán de ingresar muchas
personas botan los preservativos, por el temor a que se les niegue el ingreso
si la máquina llega a pitar más de tres veces.
Por este motivo, la Alianza VIH
Bogotá, con la ayuda de la Guardia de Seguridad del INPEC y las directivas de
la Cárcel la Picota han cambiado el sitio de entrega de los preservativos.
Ahora estos son entregados luego de que las mujeres han pasado todo el
protocolo de seguridad, de ese modo sólo reciben las dos tiras y se dirigen a
los patios de visita. Ante esto, uno de los reclusos del pabellón R1 asintió: “Menos mal que hacen esto, porque los
condones aquí son como la mina de oro, porque conseguir uno aquí adentro es un
milagro”.